domingo, 9 de octubre de 2011

Técnicas para lavar un plato


La secuencia de acciones más extendida consistiría en eliminar primero los mayores restos de comida tirándolos a la basuras, al fregadero o guardándolos para más adelante en recipientes (tuppers, por ejemplo), así como vaciar las copar y los vasos, llenar el fregadero de agua y jabón, meter los utensilios y fregarlos con el estropajo, dejarlos en el otro fregadero (si hay dos) donde después se enjuagan, y finalmente, dejarlos secar en una “rejilla” al lado del fregadero. Si la suciedad está muy incrustada, una táctica habitual es dejar los utensilios en remojo dentro del agua con jabón un rato antes.
Una estrategia bastante popular consiste en limpiar primero lo qué está menos sucio, e ir continuando con cosas gradualmente más sucias. Así se evita que las sartenes más grasientas ensucien el agua antes, por ejemplo, de lavar vasos donde sólo se ha bebido agua.
A veces se utilizan guantes, cosa que además de proteger las manos permite el uso de agua más caliente. Es preferible una temperatura alta del agua porque así la comida se desincrusta más fácilmente (mientras se friega) y además se evapora más rápidamente, de manera que el plato se seca antes. La mayoría de veces, viendo la posibilidad de ensuciarse cuando se lavan los platos, la gente se suele poner también un delantal.
al fregar los platos, asegúrese de que el fregadero está aproximadamente a la altura de su ombligo, de forma que pueda sostener un plato con la columna recta y los codos formando angulo de 90°. mantenga un pie en alto apoyado sobre un objeto o reposapiés y alterne un pie tras otro, vigilando que su columna se mantenga recta. Al pasar los platos de un seno  del fregadero a otro, hágalo sólo con los brazos, sin mover la cintura.

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